No estoy hablando de dinero...
Hablo de nuestro cuerpo, el único que tendremos por siempre, y en el que debemos invertir.
Cada bocado de comida es una inversión o una deuda sobre nuestro organismo.
Si ingerimos buenos alimentos haremos una inversión. De lo contrario, si comemos alimentos perjudiciales, contraemos una deuda que será cobrada con una mala salud.
Por eso pensemos: ¿Qué ingiero?: ¿lo que me gusta, o lo que me conviene?
jueves, julio 17, 2008
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